NTDD OPTIMIZA LA CENTRALITA DCR DDI4W PARA EL KDJ 150 3.0 DE 172 CV

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NTDD OPTIMIZA LA CENTRALITA DCR DDI4W PARA EL KDJ 150 3.0 DE 172 CV

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NTDD ha optimizado la centralita CDR DDI4W para los Toyota Land Cruiser KDJ 125 de 173 CV y para el KDJ 150 de 172 CV, obteniendo unas importantes mejoras llevando al TT japonés hasta los 208 CV y 492 Nm de Par Motor y una reducción de consumo superior al 10 %.

La centralita mejorada consigue incrementar el Par Motor hasta los 492 Nm, lo que hace que el Toyota tenga un comportamiento espectacular en bajos regímenes ya que el motor empieza a empujar con impetuosidad desde bien abajo, ya en las 1000 r.p.m. se muestra dinámico y brioso. Este cambio en el comportamiento de la mecánica del KDJ es muy importante para el uso del TT en situaciones límites, rutas complicadas y trialeras, ya que nos permite llevar el coche a bajas revoluciones lo que hace más cómoda y sencilla la conducción.

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El KDJ 150 Estéticamente es un coche bastante cuidado para tratarse de un todo terreno. El frontal es llamativo y monta unas llantas que le dan un aspecto interesante. Al abrir la puerta, te das cuenta de que la manilla queda más o menos a la altura del techo de un coche normal: esto no es un SUV… es mucho más. El estribo no es un adorno, es una necesidad para subirse al Land Cruiser. La versión Limited tiene un equipamiento completísimo: faros de xenón, pintura perlada, tapicería de cuero, climatizador de 3 zonas, 3 filas de asientos, navegador… incluso una nevera entre los asientos delanteros. Algunos elementos son muy útiles, como la iluminación de los faldones, pero otros resultan prescindibles. Es el caso de los asientos traseros abatibles eléctricamente. El sistema está muy bien para no “pelearnos” con tiradores y mecanismos cuyo funcionamiento no siempre está claro, pero es lento y añade peso al coche

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El Toyota Land Cruiser es todo un clásico entre los 4×4 de verdad. Eterno rival del Land Rover y una verdadera herramienta de trabajo, su capacidad de avanzar en el campo es sorprendente. En carretera no va mal, pero, claramente, no es su hábitat predilecto, y para ciudad es quizás demasiado grande. El tamaño de este Toyota impone. La dirección gira mucho y se agradece para maniobrar, hasta el punto de que nos llegamos a olvidar de que estamos en un aparato de casi 5 m de largo  y más de dos de anchura total. La visibilidad es muy buena desde el puente de mando y los enormes retrovisores nos permiten dominar todo lo que nos rodea. Aún así, el Land Cruiser no es un coche para el tráfico urbano. El comportamiento en carretera está muy condicionado por la altura y el peso. El peso de su chasis independiente, la carrocería atornillada y cinco ocupantes se acerca a las 3 toneladas. Poner en marcha todos esos kilos en cada cruce, rotonda, semáforo, atasco, rampa… supone un gasto energético importante, y aquí es cuando más se nota la mejora de prestaciones que aporta la centralita NTDD DCR DDI4W, ya que podremos mover el mastodóntico KDJ 150 a punta de acelerador, sin forzar ni elevar las r.p.m. lo cual contribuye a moderar el consumo, sobre todo en su uso en ciudad.

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La vida a bordo del Land Cruiser Limited es como en una berlina de lujo… pero a medio metro del suelo. Los materiales son de calidad y robustos, aunque su presentación es muy austera, como corresponde a un 4×4. No faltan las asas en los pilares A, muy cómodas para subir al habitáculo y para sujetarse cuando salimos al campo. La amplitud interior es enorme, salvo en la tercera fila de asientos, cuyos ocupantes, si son adultos, viajarán con las rodillas a la altura del pecho. Además, el mecanismo de plegado eléctrico de estas banquetas roba litros al maletero. El portón trasero de apertura lateral necesita mucho espacio para abrirse y lo hace del lado correcto para países donde se conduzca por la izquierda; en España resulta incómodo cargar el maletero por el lado del tráfico, y no de la acera.

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Una vez en carretera abierta, el Toyota Land Cruiser empieza a mostrarse más cómodo. Le gustan los espacios amplios, acordes con su tamaño y peso. El motor turbodiésel de 3 litros y 4 cilindros no es muy ruidoso y mueve bien este aparato. La caja de cambios no es de última generación, con transiciones algo lentas entre marchas, pero no desentona con el conjunto. Los consumos bajan, pero seguimos viendo cifras elevadas. Los kilos y la aerodinámica impiden bajar de los 11 l/100km.

Las limitaciones que el Land Cruiser tiene para moverse sobre el asfalto se convierten en nuestras mejores herramientas fuera de éste. Te recomiendo que leas el manual de instrucciones para conducción 4×4 que se incluye en este Toyota antes de salir al campo con él. No es un juguete, es una máquina muy robusta y precisa. Hay que saber manejarla para sacar el 100% de su rendimiento. El sistema de control de la velocidad de descenso, por ejemplo, tiene sus particularidades, ya que se puede activar también para ascender y tiene 3 niveles de velocidad. También necesitaremos saber bien cómo manejar el dispositivo multi Terrain Select y qué seleccionar en él.

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El Toyota Land Cruiser es un verdadero 4×4, una herramienta para abrir camino allí donde no lo hay; en eso no tiene rival. Su precio es elevado, pero es que la robustez de su bastidor y elementos mecánicos o sus soluciones técnicas para avanzar por donde parece imposible son muy caras de producir. Si buscas un coche para viajar y salir una o dos veces al campo, te equivocas de vehículo. Su consumo es elevado y su comportamiento dinámico en carretera tiene ciertos límites. Pero si el trabajo o la afición te obligan a visitar viñas, canteras, parques eólicos o, sencillamente, te gusta llegar a lugares “inhóspitos”, estás ante una máquina definitiva. Sus asientos pueden estar cubiertos de cuero, su motor y caja de cambios llevarte con un silencio de marcha notable, pero en su ADN está claramente presente ese compañero de viaje de los reporteros de los programas de naturaleza en el corazón de África, de los guerrilleros mozambiqueños… es rudo e irrompible.